Tras un Sábado apasionante, en el que el Barón recuperó durante unas horas el liderato, el Cardenal finalmente conquista su primer entorchado, convirtiéndose en el primer hombre del Bar de toxicómanos que alcanza el título. El Rojo de los Rosales y el Conde de Montecristo le acompañaron en el podio del Campeonato, uno de los más emocionantes de toda la historia. En el duelo por la Champions, el campeón saliente, el Gato de Inés de Castro, defendió su plaza ante el empuje del viejo Tigre de Hospitalet, sin duda el gran fracasado de la temporada que acaba de finalizar, fuera de Europa y derrotado en la Final de Atenas.
A la hora de cierre de esta redacción, la Plaza del Vaticano todavía rebosaba de fieles celebrando la conquista, rezando fervorosamente en señal de agradecimiento a Dios y a su gran ídolo, el Cardenal de Richelieu.