REPITE EL GIGANTE
Decía aquel que la estadística existe para quebrarla, que no le habían informado de lo imposible de su empresa, por eso alcanzó el éxito, que de los cobardes, hay ríos de tinta impresos, pero en su cauce solo se encuentran detritus. Como seguramente tantas veces, aparcó su automóvil en la antigua Fábrica de Armas, la altura es crucial en el frente, y también para observar las escaramuzas de los rivales, y desde allí a buen seguro oteó el establecimiento en el que apenas unas horas más tarde sellaría su último boleto de la temporada, consciente de que, sólo un excesivo y prolongado sueño caprichoso sería capaz de evitar que pusiese fin a una racha de un lustro en el que nadie, absolutamente nadie, había conquistado el título dos cursos correlativos, Jenaro, en aquellos instantes, era consciente de que haría historia sucediendo al legendario Cardenal, el prelado que agotaba a sus enemigos con su cansina cadencia. Ya era Sábado, unas horas de sueño, un poco más, y el Campeonato de quinielas sería suyo por segundo año consecutivo, "enhorabuena por el título", creyó escuchar entre la arboleda el Gigante, identificando las voces de Dockie y Montecristo. Sólo se trataba del jugueteo del viento, nada más que el viento, que no quería dejar de rendir homenaje a un enorme triunfo, Gigante.
FULGURANTE INICIO
Dockie se lleva la prólogo, Montecristo la segunda etapa, y el Ogro se pone de líder, la carrera empieza tal cual ha terminado, el de los 14 ya manda cuando apenas nos hemos percatado de que el balón ha echado a rodar, el Tirano de Santa Gema advierte a sus rivales de sus intenciones, no piensa realizar concesiones y pretende gobernar con puño de hierro desde el primer momento, así gana la primera contrarreloj de la competición, y aleja a 5 puntos a Montecristo. Barón y Dolittle ya lo contemplan desde la lejanía, 9 puntos finalizado el mes de Septiembre, cuando siquiera se atisba el perfil de la primera tachuela de alta montaña, el Ogro gobierna la carrera sin que se infiera un conato de rebeldía entre sus compañeros.
EXTRAÑOS ALIADOS
Nada es tan fácil, nada es tan asequible, la historia dicta que en un campeonato tan largo todos los participantes pasan por momentos de dificultades, más aún todavía si tus mayores enemigos efectúan ataques continuados a pecho descubierto. Montecristo y Dolittle se lanzan a la desesperada a por el maillot amarillo, cuando no es uno, es otro, o los dos. En Noviembre, un Ogro agotado, entrega la preciada casaca al noble de If, que soberbio, la portará con solvencia hasta la llegada del macizo alpino, incluso en tierras de los faraones en la que Dockie Dolittle gana la crono entre el sofocante calor de Abu Simbel.
LOS ALPES DECIDEN
Montecristo no digiere el cambio de superficie y a las primeras de cambio, en la victoria de Papucho en el Peyresourde, cede el amarillo a Jenaro. El calvario de If no acaba sino de comenzar, el ataque del gran escalador de todos los tiempos, el Barón Rojo en el Galibier, le hace ceder más renta, al igual que en la jornada del Alpe D´Huez, de la grandiosa victoria del viejo Cardenal. El Ogro de los 14 huele la sangre azul, y en el Ventoux, aleja a su gran rival hasta los 9 puntos de distancia, el triunfo en la Grand Boucle empieza a fraguarse, y un corte en la jornada posterior, a señalar a Dockie como el verdadero enemigo a temer en los Pirineos, constatada la fragilidad de un desquiciado Conde.
PAPUCHO DE LOS PIRINEOS
El Conde gana en la cima de Domaines, recuperado de su particular vía crucis en los Alpes, es otro en los Pirineos, donde el auténtico protagonista sim embargo es Papucho, el Hombre de Excel llega al tercio final de la carrera en un estado de forma absolutamente espectacular. Nadie puede seguirle en Saint Lary, nadie consigue acercársele en la subida a Luz S. Saveur, y cede por menos de una rueda en el Tourmalet ante un valiente General que se lleva en el zurrón nada menos que la etapa reina. El Hombre de Excel, arranca la admiración del próximo ganador del Tour, "si consigue mantener el nivel, es mi máximo favorito para la próxima edición". Esta, ya la sabe suya, el de Santa Gema supera la alta montaña con siete puntos más que el Conde, al que ha entregado renta, pero su Debe asemeja suficientemente henchido para encarar con garantías la contrarreloj final y defender su preciada plaza,
LA SENTENCIA DE SAN EMILIO
Jenaro hace buena la ley no testada de que el que se encuentra mejor, gana la última lucha contra el crono de la competición. Barre en San Emilio en todos los puntos intermedios, sólo el veterano Niño Lindo parece en condiciones de disputarle el parcial, finalmente capitulando ante los siderales 11 aciertos del de los 14 con los que certifica su tercer Tour, segundo consecutivo, alcanzando la máxima distancia respecto a sus perseguidores, el Conde a 13 puntos, Dolittle a 16, poniendo un gran broche de oro a una campaña memorable, culminada en el escalón más alto del podio de los Campos Eliseos, donde Montecristo pisa la línea de meta parisina en primer lugar, por segundo año consecutivo, como si de un pequeño guiño al campeón se tratase.