Cuando a principios del mes de Febrero Dockie Dolittle, el campeón saliente, dominaba la clasificación con once puntos de renta sobre su terna de perseguidores, nadie dudaba de que revalidaría el título con relativa comodidad. ¿Todos? Todos no, por aquel entonces el Conde ya advertía que la Liga no estaba decidida, que rendirse es el argumento que utilizan los mediocres para justificar un fracaso, y que echarse a una lado no figura en su ADN, juraba pelear con el galeno hasta el desfallecimiento, hasta que las opciones matemáticas así lo permitiesen, hasta el fin de los días. Nadie creyó sus palabras, solo Jenaro había desperdiciado una ventaja así en un cuarto de siglo de historia del CDQ: Montecristo respondió que incluso aquella renta fue mayor y que, un año antes, había remontado catorce puntos al gran ausente de esta edición, el malvado Cardenal. Tres meses después, acreditando que su fe y convicción no conocen límites, conquista su octava corona tras una espera de nueve años, tras las dos últimas tentativas fallidas finalizadas en subcampeonatos, el último, cediéndolo sangrantemente en las últimas ocho apuestas a un intratable Doctor. Tras una larga travesía en medio del desierto, regresa el Indomable de If.
EL RETORNO DEL GIGANTE DE SANTA GEMA
El primer tercio de Campeonato, no obstante, otorga el papel de actor principal al renacido Ogro del 48. Jenaro había finalizado la anterior contienda, unos meses antes, en un estado de forma descomunal, recordando a aquel joven que irrumpió en su debut siendo el Primero en los Campos Elíseos en una prodigiosa exhibición de fuerza jamás visto. Durante el Verano se entregó al diseño de un nuevo sistema llamado a sustituir a su clásico "Milton", un método que le llevase nuevamente a pedalear por el lugar más alto de la clasificación, demasiado tiempo había transcurrido sin que se hablase de él, no más que alguna jornada gloriosa en la que salió vencedor, unas pocas líneas en la prensa deportiva, siempre escasas para todo un ganador de Tour. Sus esfuerzos no cayeron en saco roto, antes de finalizar Septiembre manda en la clasificación, tras muchos meses merodeando en tierra de nadie, no parece ser flor de un día, al de los 14 se le observa fino, poderoso, con sensaciones aparentes a aquel glorioso 2.010 en el que Santa Gema salió a la calle.
EL CAMPEÓN SENTENCIA EL CAMPEONATO
Un 19 de Noviembre Dockie alcanza el liderato, y nada hace presagiar que varios meses después, un 29 de Abril, lo abandonará, sobre todo con su recital de los últimos compases de 2.017 y primeros de 2.018: El Doc logra a raudales premios extra y etapas generando la sensación de que sus triunfos no requieren esfuerzo. El Galeno se muestra muy superior a sus competidores que solo discuten quien de ellos va a fallar la próxima vez, jornada tras jornada. En el pelotón, se arraiga la inevitable idea de que el campeón revalidará su corona incluso antes de la última quiniela, abrirá una etapa de dominio similar a la del prelado de Los Castros en la última década y de que no hay liga, emoción, su brecha es cada vez más grande.
BARÓN REINA EN LOS ALPES
La cordillera alpina rescata la ilusión: Camino del Mont Ventoux el Conde lanza un ataque furibundo y suelta de rueda al Doc. Con él se marcha Jenaro, que termina venciendo en la cumbre del legendario coloso. Ambos restan a Dockie de dos puntos para arriba, pero más allá de la renta, la heroicidad invita a pensar que aún hay cierto margen al ensoñamiento. Por detrás, en el grupo principal se erige la figura del Barón, siempre combativo y peligroso cuando la calzada se inclina y hasta a los pájaros les cuesta respirar. El Rojo la arma concatenando sucesivos y secos ataques consiguiendo que Papucho llegue a meta con la lengua de fuera. El nuevo y flamante Campeón de Europa sufre para defender su plaza Champions frente al de Los Rosales, se trata de un avance de lo que un día después acaecerá: Crecido, alcanza en solitario la meta de Izoard convirtiéndose en una amenaza real para el Hombre de Excel, entretanto los tres gallos se vigilan y no se produce movimiento alguno entre ellos. Insaciable el Picheleiro, camino de Les Bains, el por méritos evidenciados Rey de la Montaña dinamita el Campeonato, a la vez que una nueva victoria le otorga la cuarta plaza. Su ataque se lleva consigo al Conde, que releva sin ahorrar esfuerzos al santiagués, Montecristo cree, su desventaja es sólo ya de seis puntos.
EL ABANICO DE VALENÇA
De manera inesperada el Ogro le da una vuelta de tuerca más al Campeonato en la etapa con llegada a Valença, con un recorrido que aparentemente se presta para aventureros de la gloria, participantes que pretenden justificar su patrocinio con una victoria parcial, pero en cuanto la primera brisa de viento hace su aparición, un Jenaro que había enterrado parte de su crédito en las etapas alpinas, organiza un abanico que termina por fracturar el pelotón en tres grupos. El Gigante de Santa Gema bonifica incluso en meta, ya solo tres puntos lo separan de la primera plaza, y vuelve a contar para periodistas y casas de apuestas. El noble de If, que llega en un segundo grupo, se queda a cuatro, Dolittle acaba de dilapidar toda su enorme renta en apenas un mes.
LA VENDETTA DE TOULOUSE
Contrarreloj: Mismo recorrido que un año antes. Mismo escenario que ofrece la oportunidad al todavía líder de reivindicarse como el hombre más fuerte del pelotón. Dockie se levanta de la cama con la firme intención de sentenciar la competició, en 41 kilómetros, en una disciplina que domina a la perfección y en la que no conoce la derrota. El primer punto kilométrico de referencia así lo corrobora: Dolittle está dando un golpe en la mesa del que difícilmente van a recuperarse sus rivales, ya es el mejor en los cuatro primeros pronósticos. Pero de repente, todo cambia, las fuerzas del galeno comienzan a fallar, quien sabe si su cabeza, en los sucesivos puntos alternativos ya no detiene el crono con el registro más bajo. Hay alternancia en la primera plaza, y finalmente, por milésimas, Montecristo vence en Toulouse sin ventajas, salvo el punto extra que lo iguala a Jenaro, pero se quita la espina de hace doce meses, cuando entregó el título al de Pravio en la lucha contra el reloj. Quien sabe si esta victoria puede haber cambiado su destino.
LA ALIANZA DE NIZA
A solo diez kilómetros de alcanzar Pau, El General lanza un ataque en un prolongado y sinuoso descenso secundado por Papucho, en un desesperado intento de restarle puntos al Barón, incómodo obstáculo para participar la próxima temporada en la Liga de Campeones. Montecristo se mueve ante la incredulidad del Doc y Jenaro, que hablan entre ellos, pero no se deciden a colaborar. Cuando empiezan a entenderse es demasiado tarde, el trío de escapados pasa por la pancarta de Último kilómetro y el Conde se convierte en el nuevo líder, concretando la segunda remontada histórica de la competición. Vence el General. El pucelano también lo hará en la jornada siguiente, logrando con ello, salvar la primera defensa de If del preciado maillot. La prensa murmura, sospecha, pero ajena a la especulación, la última contrarreloj podría dictar sentencia.
LA TRACA FINAL
La crono final se decide en un Córdoba-Almería. El azar dispone que una victoria local deje el título en bandeja al Conde, cualquier otro resultado lo deja fuera. Montecristo consigue su sexta victoria a las afueras de París y de paso, distanciar en 2 y 4 puntos a sus rivales, Dockie, que buscará dar la sorpresa en los Campos Elíseos, y Jenaro, un milagro en las propias calles de la Capital francesa.
La última etapa se recordará como una de las más intensas de la historia de un Campeonato que cierra su primer cuarto de siglo. El Conde no pierde la camisola tras ningún resultado definitivo pero, a medida que la jornada transcurre, la posibilidad de hacerlo, crece según avanzan los minutos y se cierran los partidos. Así, finalmente, resultados de libro empiezan a torcerse y a favorecer los intereses de If, hasta que llegada la tarde del Domingo, en la que una victoria del Rayo, que lo colocaría en Primera División, proclamaría matemáticamente a Montecristo como campeón de liga. Cae estrepitosamente 4-0. A If todavía le quedan dos bolas extra, la primera, la más complicada, pasa porque el Atlético de Madrid sea incapaz de vencer al Éibar en el Wanda. Los armeros se adelantan pero, los colchoneros le dan la vuelta en la Segunda parte, todo parece indicar que el título se jugará en el último partido, a una única apuesta en el que vuelve a intervenir el Córdoba. Rubén Peña, desde la frontal del área, iguala el partido a dos goles, quedan veinte minutos más cinco de agonía para el Condado. Se sufre, se sufre mucho, se mira al cielo, se teme lo peor, hasta que al final, se acaba el partido, Karim gana en la meta parisina, el Conde vuelve a ser campeón, el Parque Europa se llena de seguidores, tras nueve años de espera, sale la Gabarra de If, delirio.