EL TRIUNFO DEL HOMBRE DE LA CALLE
Lo consiguió, tres años después de ceder el Campeonato a Richelieu igualado a puntos, Flucho Barbeito logra sacarse la espina de aquella tragedia cruel, inesperada y sin dudarlo atroz, de aquella fatídica noche para olvidar, en la que la caprichosa Fortuna no había descargado toda su furia. Decididamente ensañada, le deparaba todavía una dolorosísima revancha un curso después, en el mítico teatro de Wembley, con el título de campeón del Viejo Continente en juego: Tasoti volvía a caer ante el Cardenal, otra vez el Cardenal, el maldito Cardenal, y la Champions, volaba al Vaticano igual que meses antes la Liga.
El Orgullo de Alvedro, lejos de engrosar para siempre la nómina de los malditos del Campeonato de Quinielas, trabajó con denuedo, sin desesperar, guiado por una esperanza ciega que le susurraba al oído que no titubease porque llegaría una nueva oportunidad, convenciéndole de que la justicia poética, le devolvería algo de lo arrebatado injustamente de sus propias entrañas, y decidió actuar como si tuviera fé, que finalmente le fue otorgada. Tras una larga travesía, su incansable esfuerzo encontró recompensa en forma de un doblete histórico capaz de arrancar la sonrisa cómplice de todo el mundo, prensa, competidores y seguidores, porque su triunfo, ha sido el del hombre de la calle, el del tipo normal alejado de las luces y los focos a los que se encuentran acostumbrados el Prelado, el de If, o los outsiders De los Catorce o Los Rosales, el de un joven que conoce el nombre del señor de la Panadería a la que acude a diario.
VARIOS RIVALES, ÚNICO DESTINO
No sólo el campeón saliente rivalizó con el de Alvedro durante esta temporada, peleó con el Conde en una fase inicial, pero donde realmente pasó por serios apuros fue durante el mes de Marzo, que se cerró con Jenaro como líder con una importante ventaja sobre el Capitán Vilaboa, fuera de la pelea el Cardenal, por un descuido fatal no sellando su boleto. El del 48 terminó por hundirse cuando mejor lo tenía, y cuando lo tenía mejor Tasoti, resurgió El Cardenal, porque el pasado siempre vuelve. Fue sin duda el peor momento del nuevo campeón, que vio como sus 9 puntos de ventaja con los que iniciaba el mes de Mayo, se reducían a solo 3 a falta de otras tantas jornadas para poner el telón a la campaña. Nadie daba un duro por él, pero aguantó el empuje de su bestia negra Richelieu, en una demostración más de que estaba preparado para sucederle.
RECEPCIÓN EN CULLEREDO, FIESTA EN EL BURGO
El Concello recibirá engalanado a su nuevo héroe, a buen seguro vitoreado por más de diez millares de seguidores que rendirán homenaje al primer campeón no nacido en la Ciudad de Cristal. Con posterioridad, en una conocida cervecería de O Burgo, Fluchiño celebrará con los más allegados el triunfo hasta altas horas de la madrugada, no sin antes saciar el apetito en su local social, la mítica "Gramalleira".